Bichos raros de todas partes hasta aquí llegados, sed bienvenidos. Aquí hallaréis solaz, refugio, descanso para el alma atormentada por el estigma de ser "diferente". Todo está permitido dentro del mutuo respeto; la libre expresión de espíritus inquietos y lenguaraces es el lema de la casa. Nadie podrá mirar a nadie por encima del hombro o con muestras de repudio pues en este lugar todos somos miembros de una misma especie: los casi, pero no aún, extintos Rara Avis.
Si eres un Rara Avis, ¡únete al club!

(Formularios de ingreso, a la Viperina por correo expréss, cada solicitud deberá obtener la aprobación por mayoría mas uno; tontolculos abstenerse porfa)

22 de marzo de 2009

Bicho raro, ¿yo? pues sí, y a mucha honra...

Muchos son quienes en algún momento de su vida se plantean la posibilidad de ser un bicho raro, sea por sentirse temporalmente marginados, incomprendidos, apartados o simplemente por navegar contra corriente. Pero es algo pasajero; casi nunca dura mas allá de un puñado de años durante los cuales el individuo se adapta al medio que le rodea y termina formando parte de la masa, dejando así de ser diferente y respirando con alivio al sentirse aceptado por el resto de sus congéneres. El auténtico bicho raro en cambio, el que puede calificarse con honores como Rara Avis, ese no se adapta nunca al medio, pues si lo hace, muere. De verdad. Muere espiritualmente al marchitarse su esencia, su individualidad, aquello que lo hace único entre miles de millones, y esa muerte interior es mucho peor que la física, pues esa persona que estaba destinada a ser alguien en el mundo, es perfectamente consciente del rápido marchitar de su alma, y camina por el mundo como un zombie a quien se obliga a convivir con los vivos sin tener apenas nada en común con ellos. Por eso es muy importante, cuando uno se tropieza con un ejemplar auténtico en libertad, no intentar encerrarlo entre cuatro paredes, no cortar sus alas, no hacer el menor intento por aclimatarlo al sistema. El Rara Avis es un espíritu libre; hace lo que le parece, dice lo que piensa, se relaciona con otros de su calaña y se alimenta de todo lo que le rodea, sea animal, vegetal o mineral, e incluso espiritual. Nunca deja de crecer puesto que el espíritu en constante evolución no tiene límites, y muchas veces necesita llevar sus rarezas al extremo para demostrarse a sí mismo que aún sigue vivo. No hay nada más estimulante para el bicho raro que nadar contra corriente por simple placer.
Hay que diferenciar al Rara Avis del simple vanidoso, don Aquiestoyyoporqueyolovalgo. Quien presume en voz alta de ser exclusivo, de sus manías o peculiaridades, aquel que se vanagloria de no ser como el resto, ese no es un bicho raro, sino un tontolculo de primera categoría, pero desgraciadamente para el ojo no experto resulta fácil confundir al charlatán con el verdadero genio. El tontolculo se vale de lo que sea para hacerse notar, y en esa lucha por la notoriedad recurre con demasiada facilidad al insulto, el menosprecio y la humillación ajena. Al Rara Avis se la trae floja lo que piense el resto del mundo, así que el afán de notoriedad es un concepto ajeno a él. Su lema podría perfectamente ser vive y deja vivir.
¿Mi lema? Yo soy así, y a quien no le guste, que se joda.
Así de claro.

5 comentarios:

  1. Me he partido to la caja...

    Estupendo!!! Ya tengo el látigo preparao pa alejar a las malas fieras.

    Genial!

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  2. jaajajaj wapa que bueno, pero asi es, al rara avis en como lo quieras domesticar y hacer normalito, encerrar entre cuatro paredes o cortarle las alas lo matas espiritualmente, se convierte en un muerto viviente... ahhhhhhhhhhh y lo del tontolculo te ha quedado divino de a muerte... que bueno por dios...besotes

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Aquí me tienes, Vipe. ¡¡¡ME MATAS!!! Con mi poca inspiración y mi torpeza. ¡¿ande me has metido?! Ya sabes que bicho raro, mucho, pero escritora, .... más bien poco. En fin se hará lo que se pueda. Me siento muy honrada de pasar a engrosar la lista de esta especie, sino en extinción, perseguida.
    Un besote.

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  5. Hyde, nena, que esto no es un club literario, aunque a ratos pueda parecerlo, esto es el club del desmadre, donde los Rara Avis campamos a nuestras anchas y nos quedamos tan a gustito soltando paridas a diestro y siniestro, o cortando alguna que otra cabeza, y no me digas que eso no te mola...Venga, porfaplissss, anímate y saca a esa perraca que yo sé que llevas dentro, andaaa...

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