Bichos raros de todas partes hasta aquí llegados, sed bienvenidos. Aquí hallaréis solaz, refugio, descanso para el alma atormentada por el estigma de ser "diferente". Todo está permitido dentro del mutuo respeto; la libre expresión de espíritus inquietos y lenguaraces es el lema de la casa. Nadie podrá mirar a nadie por encima del hombro o con muestras de repudio pues en este lugar todos somos miembros de una misma especie: los casi, pero no aún, extintos Rara Avis.
Si eres un Rara Avis, ¡únete al club!

(Formularios de ingreso, a la Viperina por correo expréss, cada solicitud deberá obtener la aprobación por mayoría mas uno; tontolculos abstenerse porfa)

26 de marzo de 2009

MAURICITA LA GAMBA

Hace poco, hablando con un amigo, salió en la conversación uno de los grandes genios del humor que ha dado este país: Luis Sánchez Polack, "Tip". Y eso me hizo recordar una de las historias más geniales que han salido por boca de alguien:

Mauricita, la gamba
Yo protejo a todas las especies. A todas. Pero donde estén los anfibios anuros -¡los anfibios anuros!- que se quite lo demás. Y la carcamusa. y la filoxera, la filoxera gambrinus, claro. Porque es verdad, a los animalitos se les llega a coger un cariño tal, que puede llegar incluso hasta la pubertad.
Recuerdo que hace años me regalaron por Nochebuena un crustáceo malcostráceo del orden de los decápodos, que, como es sabido. son familia de los pénidos, que vienen a ser como el Parapeneus longuirrostrus. O sea, para que lo entiendan mejor, una gamba. Me regalaron una gamba. Una gamba viva. Y dijimos: "Bueno, la guardaremos para la cena de Nochevieja". Pero aquella gamba era de cariñosa…
Miren, dormía a los pies de mi cama. A la hora de la comida, se subía a la mesa y comía con nosotros. En fin, ¡era uno más de la familia! Mauricita le pusimos de nombre, porque se parecía mucho a Chevalier. Y Mauricita venía con nosotros al teatro, a todos los estrenos. Nosotros le decíamos: "Mauricita, trae el periódico". Y Mauricita iba al quiosco, lo traía y te lo leía. ¡Era la alegría de la casa! ¡La alegría de la casa! Y honesta, ¡puaff!, honesta como pocas gambas y miren que yo he conocido gambas. Salía a pasear con las amigas y, claro, los chicos la chicoleaban y ella se ponía colorada, colorada… que parecía que estaba recién cocida. Pero antes de que cerraran el portal, a las diez menos cinco ya estaba en casa.
Hablar no hablaba mucho. No. Pero con la mirada te lo decía todo, todo… Decía yo a mi esposa: "Amparo. me voy con la gamba a tomarme una cerveza". O "me voy a tomar una cerveza con la gamba". Era una cosa… Y lo que pasa; llegó la Nochevieja, y a ver quién era el guapo que mataba al pobre animalito.
Bueno, total que la gamba fue creciendo y creciendo se hizo una real gamba, conoció a un langostino de Vinaroz de buena posición se casaron y tuvieron más de quince mil quisquillas, que, por cierto dos de ellas se metieron monjas Y los chicos, los varones, se educaron en los padres Langostinos de El Escorial. ¡Santos varones!

Y todo esto me trae a la mente que guardo algunos textos de este estilo por ahí, que ire poniendo poco a poco para no saturar.

4 comentarios:

  1. Mauricita no sería pariente de aquella que se zampó el Chiquito, no? Ya me la imagino, toda preciosa ella con un lazo rosa alrededor del ¿cuello?, varios pares de zapatitos de ganchillo tejidos por doña Argomira y los bigotes bien atusados con eau de cologne, despertando la admiración de los viandantes a su paso. Una cosita txato, ¿qué cenasteis en nochevieja? Espero que si fué solomillo, no te regalasen un ternero...

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  2. jajajaj muy bueno si señor... madre mia hijo menos mal que te regalaron una animalito pequeño, si te llegan a regalar un lechon o un ternerillo, no se como te hubieran cabido en casa, pero debia ser una gamba muy pizpireta si señor

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  3. Aquellas felices navidades, puestos a sacrificar algo..., mas que por la gamba Mauricia que ya era de la familia, nos decidimos por otras especies mas asequibles a nuestra economía y armados de valor, sacrificamos una coliflor, que con su buen refrito de ajos, y acompañada de unos chicharros al horno, muy ladinos ellos, (querían comerse a nuestra gamba)y con todo esto llamamos esa noche la mesa de felicidad y buen estar.

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  4. Os dejo el enlace para que lo escucheis. Es mejor escuchado que leido:
    http://www.goear.com/listen/cf610ab/La-Gamba-Luis-S%C3%A1nchez-Polak-%C2%ABTip%C2%BB

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